miércoles, 15 de octubre de 2008

Escrito I


En brazos de la noche
Sólo un contorno apenas perceptible
deja ver su ser.
Susurro del viento, canto del mar.
Vuela en sombras, busca su lugar.
Perfecta, inmortal alma
fiel solo a sí misma,
inmersa en vasto océano de soledad.
Un instante de luz la recorre,
incurables cicatrices, golpes propios del existir
dejanse ver.
Una silenciosa, única lagrima recorre su rostro de luna.
Mirada al infinito dirigida,
plegaria en vano
a la vida elevada
cambia su eternidad en soledad
por un segundo de amor.

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